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DETECTIVE I
Nuestro detective llegó hace un mes de la Ciudad Capital.
Nunca sabremos quién lo contrató, ni para qué, ni cómo. Datos que la historia
no reclama. Pero sí adelantaremos que el detective irá perdiendo la cordura. O,
mejor dicho, irá poco a poco padeciendo los síntomas de eso que solemos llamar locura
al no poder precisar mejor. Al ignorar las aventuras y desventuras de una mente
que agudiza las percepciones al extremo. La historia cuenta que nuestro
detective se irá volviendo loco y punto. La historia cuenta que nuestro
detective llegó hace un mes de la Ciudad Capital y durante ese tiempo recorrió gran
parte de González Satán, a la que describe así al comienzo de su libreta de
notas:
“González Satán
es un revoleo de casas grises y bajas, construidas al azar por sus propios
dueños albañiles desempleados o aprendices que fue creciendo sin premeditación
ni trazado municipal…”
“…un
laberinto urbano de grandes proporciones…”
“…una localidad miserable con muchísimos
habitantes, con un alto índice de delitos, donde sobresalen el narcotráfico y
la prostitución. Pero también el hurto y la violencia en, prácticamente, todas
sus manifestaciones…”
“…es mucho
el dinero circulante apostado en las peleas de perros y de gallos…se juegan a
una dentellada o a un espinazo roto el sueldo del mes…ganen o pierdan se
emborrachan…”
“…hay un
asentamiento gigante llamado El acantilado…”
“…las
montañas de basura del inmenso basurero municipal delimitan la frontera de
González Satán hacia el oeste, donde comienza la llanura pampeana…”
“…los
habitantes en apariencia católicos terminan consultando a brujos o curanderos o
adivinos en situaciones límites…las aspirinas junto al ajo forman parte del
botiquín…”
“…en muchos
aspectos González Satán parece una ciudad medieval…perros hambrientos deambulan
por las calles…y no hay gatos por ningún lado”
“esto
parece la capital de la superstición…”