miércoles, 18 de mayo de 2016

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ESCLAVOS


Un barco negrero del siglo XVII rumbeando hacia la América enigmática, inconquistable y conquistada. Cruzando el océano Atlántico de la historia. El Mary-Jean es una embarcación tenebrosa escoltada por las criaturas ciegas del abismo que en sus tres subsuelos lleva más de 300 esclavos. Entre ellos viajan, como momias vivas, príncipes de la tribu Dahomey. Y también caníbales de patrias prehistóricas que se  muerden y arrancan las manos para zafar de los grilletes y saltar al mar redentor. Ojitos rojos en la oscuridad total y asfixiante. Olores de un fin del mundo podrido. Respiraciones que son un idioma atragantado. Negros que mueren sin darse cuenta y son alimento para los diablos que viven en las aguas. Los príncipes Dahomey ya no son  hombres, son maldiciones, son una enfermedad, un virus que va a bordo del Mary-Jean rumbo a la América inconquistable y conquistada. En el tercer subsuelo junto a las ratas y un enorme nido de piojos viaja una vieja. Podría estar muerta. Ahogada en el lodo que en realidad la protege. Debería estar muerta a no ser que fuera inmortal. Como la rama de un árbol quemado inexistente, Nana Borokúm, viaja masticando el esqueleto de un ratón.

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