72
LA SEÑORITA CHEVROLET
El detective investiga. Una madre falsa cuenta una historia
verdadera acerca de un posible padre del chico de las moscas. El posible padre
nació Ricardo pero fue conocido como la señorita Chevrolet, uno de los primeros
travestis de González Satán. La avenida Ringo Bonavena era de tierra y
escombros y la señorita Chevrolet subía a los camiones que la dejaban subir.
Las tetas infladas con aceite, las piernas cepilladas. Labios fluor recorriendo las vergas de un Scania. Hay fotos
en el archivo policial. Están las cartas de amor que le escribía Mariano, un
enamorado de la señorita Chevrolet. Cierta madrugada de niebla la señorita
Chevrolet sube a la cabina de un camión que le hace luces y sin poder ver nada
no la cogen, le hacen el amor. La acarician. La besan, cosa rara. Le abren la
puerta y la dejan a la vera del camino. El camión arrastra la niebla de la
felicidad rumbo a la interprovincial número 3. La señorita Chevrolet se limpia.
Le duele el cuerpo como nunca, pero es el dolor más hermoso que sintió en la
vida. Solamente recuerda el olor a lavanda del desodorante de ambiente de la
cabina. Pasan más camiones y más pijas. Los violentos y los tristes. Le tiran
piedras, la insultan. Le dicen que la aman pero le están mintiendo. La primera
de las chicas que desaparece es Lidia Whiskera y no aparece nunca más. Le sigue
La Mona Chita
que aparece en pedacitos en los pastizales de la ruta 23. La chica Chevrolet se
sabe en peligro pero siempre se supo en peligro. Por lo menos ahora tiene un
sueño: encontrar a Desodorante Lavanda. Varios hombres la miran desde una
camioneta estacionada. Intuye deseo y odio. Piensa que deseo y odio son
palabras que pueden querer significar lo mismo. Camina hasta la otra esquina.
La noche estrellada la protege. La camioneta arranca y se acerca. La noche
estrellada deja de protegerla. Corre como un hombre la que siempre quiso ser
mujer. Pega como un boxeador la que soñaba con ser suave. Uno de los hombres
cae. Son cuatro. La señorita Chevrolet pelea como si fuera tres. La están por
subir a la camioneta cuando como una estrella del cielo estrellado cae un
camión. Las estrellas son arañas brillantes que se descuelgan del cielo, piensa
la señorita Chevrolet sangrando en una
cabina que huele a celo, a amor, a lavanda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario